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sábado, 11 de marzo de 2017

Beneficios de los videojuegos

Tom chatfield es un profesor, inventor, musico y experto en tecnología que nos muestra los beneficios de los videojuegos

Charla de Tom Chatfield:

Los videojuegos son expertos en motivarnos, movilizarnos y paralizarnos, más que cualquier otra cosa que hayamos inventado o hecho con anterioridad.  Podemos aprender cosas bastante sorprendentes observando cómo jugamos. Y, en particular, podemos aprender cosas sobre el aprendizaje. La industria de los videojuegos es, con mucho, la de mayor crecimiento de todos los medios modernos. De unos 10.000 millones en 1990, hoy vale 50.000 millones de dólares a nivel mundial y no muestra signos de desaceleración. Dentro de 4 años se estima que va a valer más de 80.000 millones de dólares. Eso es cerca de tres veces la industria discográfica.




Lo que realmente sorprende es que hoy en día la gente gasta cerca de 8.000 millones de dólares reales al año comprando objetos virtuales que existen sólo dentro de los videojuegos. Todo esto puede sonar realmente muy inquietante para alguna gente, un índice de algo preocupante, algo que está mal en la sociedad. Esto es debido a las recompensas emocionales tan intensas que la gente obtiene con los videojuegos tanto a nivel individual como colectivo.

Lo interesante de la virtualidad es lo que se puede medir con ella. Porque en la virtualidad se puede medir todo. Puede medirse cada una de las cosas de cada persona que haya participado en un juego. Los juegos más grandes del mundo hoy están midiendo más de 1.000 millones de registros de sus jugadores, sobre lo que hacen todos... mucho más detalle del que se ha obtenido jamás en un sitio web. Y esto hace que suceda algo muy especial en los juegos. Algo denominado programa de recompensa. Y con esto quiero decir que buscan lo que han hecho millones y millones de personas ajustando con mucho cuidado la tasa, la naturaleza, el tipo y la intensidad de las recompensas en los juegos para mantenerlos enganchados con ingentes cantidades de tiempo y esfuerzo.

Los videojuegos pueden hacer que tareas inmensamente aburridas sean bastante llevaderas, y esto lo consiguen mediante probabilidades ajustadas a las recompensas y debido a que siempre se dan pequeñas recompensas por todo.

Existen siete cosas que muestran como aprender estas lecciones de los juegos y usarlas fuera de ellos.  
La primera es muy simple: barras de experiencia que midan el progreso... Es la sencilla idea de, en vez de puntuar a la gente de manera incremental, de a pequeños incrementos, se les da un avatar para el perfil que está constantemente en un progreso de incrementos muy pero muy pequeñitos; avatar que creen son ellos mismos. Y todo va en esa dirección, lo ven deslizarse lentamente y se identifican con eso sobre la marcha.

La segunda lección: objetivos de corto y largo plazo. Se le da a las personas muchísimas tareas diferentes. Uno descompone las cosas en estas partes calibradas que la gente puede elegir hacer en paralelo para que sigan enganchados y que uno puede usar para dirigirlos hacia actividades beneficiosas a nivel individual.

Tercera lección: se recompensa el esfuerzo. Es el factor del 100%. Los juegos son brillantes en eso. Cada vez que uno hace algo es reconocido, uno es reconocido por intentar. No se castiga el error; se recompensa el más mínimo esfuerzo.

Cuarta lección: feedback. Esto es absolutamente crucial, y lo virtual descolla en la entrega de feedback. Si miramos algunos de los problemas más difíciles del mundo de hoy de lo que hemos escuchado cosas maravillosas, es muy, muy difícil para la gente aprender si no se puede vincular consecuencias con acciones. La contaminación, el calentamiento global, esas cosas, las consecuencias están distantes en tiempo y espacio. Es muy difícil aprender realmente una lección pero si se puede modelar las cosas para la gente, si uno le da cosas a la gente para que manipule y juegue, cuando vuelve el feedback pueden aprender una lección, pueden ver, pueden avanzar, pueden comprender. 

Quinta lección: el factor incertidumbre. Esta es una mina de oro neurológica, si se quiere, porque una recompensa conocida apasiona a las personas pero lo que realmente los motiva es la recompensa incierta, la recompensa con el grado justo de incertidumbre, que no saben muy bien si la van a conseguir o no. El 25%, eso ilumina el cerebro. Cuando no podemos predecir algo a la perfección nos sentimos muy excitados con eso. Queremos volver atrás e ir por más.   

Como probablemente ya sepan, el neurotransmisor asociado al aprendizaje se denomina dopamina. Está asociado con la búsqueda de recompensa. Esto significa que podemos predecir el aprendizaje, podemos predecir aumentos de participación, estas ventanas, estas ventanas de tiempo, en las que se produce el aprendizaje en un nivel elevado. Y de esto se derivan dos cosas. La primera tiene que ver con la memoria, que podemos encontrar esos momentos en los que alguien es más propenso a recordar podemos darle algo valioso en ese momento. La segunda cosa es la confianza; podemos ver que las estructuras de juego y recompensa envalentonan a la gente, la predispone a asumir riesgos, a asumir dificultades, es más difícil disuadir.

 Existen algunas maneras en las que estos principios podrían divulgarse en el mundo. Voy a empezar por los negocios. Estamos empezando a ver algunos grandes problemas en torno a los negocios de reciclaje y conservación de energía. Empezamos a ver el surgimiento de tecnologías maravillosas como medidores de energía en tiempo real. Y miro esto y digo "sí" podemos llevar eso mucho más lejos permitiéndole a la gente ponerse objetivos, fijando objetivos calibrados, usando factores de incerteza, usando objetivos múltiples, usando un gran sistema subyacente de recompensas e incentivos, organizando a la gente para colaborar en grupos, organizada por calles para colaborar y competir, para usar esa mecánica de grupo motivacional tan sofisticada que vemos.  

 Opinión personal:
La gente esta loca 
 Sinceramente, los videojuegos han enganchado a una gran parte de la población mundial, llegando a extremos donde la gente se empobrece por comprar objetos virtuales. La gente más conservadora defiende que los videojuegos son absolutamente horribles para la humanidad. En parte, estoy de acuerdo con ellos porque por su "culpa" muchas personas se niegan a trabajar solo para jugar videojuegos, pero por otra las cosas que se aprenden jugando se pueden adaptar al mundo real.

Los jugadores han aprendido ha confiar y colaborar con otras personas, ya que de forma indiviudal es más dificil progresar en los mundos virtuales. Lo que la gente paga en los mundos virtuales aveces es una locura, pero si se lo pueden permitir, ¿porque no?

Las ventajas que aportan los videojuegos  a sus jugadores son diferentes en cada persona, pero por lo general son bastante beneficiosas para su vida real. 

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