Este innovador proyecto
ayuda a comprender por qué un grupo como Inditex, que facturó en
2015 más de 20.000 millones de euros en todo el mundo, tiene el
tamaño que tiene y una presencia a escala mundial sin parangón en
el sector.
Esta tecnología
que permite identificar los productos ya existe, pero Inditex ha
sido el primer grupo que ha logrado introducirlo en las alarmas
de las prendas.
Permite contabilizarlas una por una y hacerles un seguimiento desde que el proveedor las envía hasta que se venden en la tienda. Una especie de GPS personal e intransferible para cada producto con el fin de tenerlo controlado en todos los pasos de la cadena.
En el pueblo coruñés de Arteixo se encuentra el centro logístico que distribuye la ropa masculina de Zara en todo el mundo. Allí sus responsables explican cómo este operativo en apariencia complejo simplifica todos los procesos y agiliza el viaje de la ropa, desde la fábrica hasta que la dependienta le quita la alarma.
El sistema "identifica cada producto y hace que sea único", explica uno de los trabajadores de la plataforma. La alarma tiene así dos usos: hace de DNI de la prenda, además de la función propia de seguridad.
"Cuando entran en el
almacén los aparatos llegan vírgenes, y es dentro cuando se activa
la alarma y se graba la información relativa al modelo, color..."
, explica uno de los responsables del centro.
A la ropa se le da
un nombre y unos apellidos que no perderá hasta que el cliente pase
por caja. En ese momento, cuando
la alarma se desactiva y la prenda sale de la tienda,
vuelve a quedar sin identidad y el dispositivo de seguridad puede
volver a ser reutilizado.
La ventaja con respecto a
otros sistemas (y donde está la diferencia cualitativa) es
precisamente que esta información "va grabada sobre la alarma y
no sobre etiquetas, lo que hace que el sistema sea sostenible, se
pueda reciclar", explican en el grupo, que ha invertido en
cuatro años un millón de euros en tecnología para mejorar estos
procesos de automatización.
Cada alarma tiene
una vida media de 100 usos, aproximadamente. Normalmente se reciclan
hasta que se rompen. De momento, este sistema, que empezó a probarse
hace tres años, está operativo en más de 1.500 tiendas de Zara en
48 países, donde ya está implantado por completo. La
idea es que en este año llegue a 2.000 centros.
Si al cliente le permite
saber en tiempo real si hay la talla o el modelo de prenda que quiere
comprar en una determinada tienda, a los trabajadores les sirve para
comprobar, por ejemplo, si el pedido que llega al almacén coincide
con el que notifica el proveedor.
También
minimiza el número de ropa extraviada
en los procesos de distribución y permite al grupo saber en tiempo
real las necesidades de producto que tienen los establecimientos en
todo el mundo.
Las dependientas ya no tienen que contar el número de pantalones o faldas en los pasillos de Zara. El lector digital las registra en el momento con una simple pasada. Se acabaron también las visitas al almacén. A través de un iPod pueden saber si disponen o no de una talla en ese momento.
Se trata, según el
presidente, Pablo Isla, de "uno de los proyectos de los que la
empresa está más orgullosa", pues ha sido desarrollado
íntegramente dentro del grupo.
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